Una localidad que sufrió el asesinato de entre 80 y 100 vecinos y vecinas no puede dejara aquellos hechos en el olvido. Con ese objetivo, el colectivo cultural Tambarria ha organizado este fin de semana varios actos dentro de sus Jornadas por la Memoria Histórica. Tuvieron como eje central una conferencia de la vicepresidenta y consejera de Memoria y Convivencia, Ana Ollo, y un recorrido por los lugares más emblemáticos relacionados con aquellos años que en Corella fueron especialmente turbulentos, trágicos y sangrientos.

Nombres como los de la familia Garijo Escribano (dos hermanos de 31 y 15 años asesinados, las hermanas rapadas, golpeadas y humilladas y el padre muerto en la cárcel), Ricardo Campos (murió por un incendio provocado en el calabozo de Corella), el alcalde Antonio Moreno (uno de los primeros fusilados) e Ignacio López (rematado en la camilla en la que le llevaban tras ser herido el 19 de julio), todos ellos asesinados y represaliados, representan el sufrimiento de una ciudad en la que el 14 de abril de 1931 más de 2.000 personas celebraron la llegada de la República y pidieron al secretario que formara un gobierno provisional e izara la tricolor. La alegría y esperanza se transformaron en luto y terror. Jabier Sáinz Pezonaga, hizo de guía para la veintena de personas que siguieron la ruta, “vamos a viajar por la memoria, volver a ver los espacios donde ocurrieron los hechos de la República, el Golpe y la época posterior”.

Inicio de la Ruta por la Memoria en la plaza junto al Ayuntamiento de Corella. Fermín Pérez Nievas

La Ruta

La primera parada, en la plaza del Ayuntamiento, sirvió para recordar la amplia diversidad política que existía en la ciudad del Alhama donde gobernó los 5 años la conjunción republicano-socialista. En locales de la misma plaza bebían jornaleros, sindicalistas, afiliados socialistas, comunistas, de derechas e incluso anarquistas “y un centro de nacionalistas vascos que se iba a abrir unos meses antes del Golpe de Estado”. Existía un entramado social y político muy rico en una ciudad de casi 6.000 habitantes.

Sin embargo, tras los dos primeros años, los enfrentamientos multiplicaron especialmente por la cuestión religiosa y tras la huelga de octubre de 1934 que en Corella fue un éxito “pero supuso la represión de muchos trabajadores porque entró el pánico a las derechas. Varios concejales de izquierdas dimitieron por la presión que sufrían”. El 19 de julio de 1936 algunos socialistas, alguaciles y guardas municipales armados se hicieron fuertes en el Ayuntamiento que fue atacado por requetés, falangistas y guardias civiles. Detuvieron a más de 40 personas en esta reyerta y les obligaron a tumbarse en el suelo durante varias horas. Trasladaron a ocho a Tudela y fueron fusilados pocos días después. Era solo el inicio de la masacre.

Tras la visita a la plaza, la ruta continuó por el calabozo provisional en el Palacio de los Marqueses de Bajamar, donde hasta 50 personas permanecieron hacinadas durante días en pésimas condiciones y donde el juez de paz y ex concejal, Ricardo Campos, fue asesinados al prender, desde la ventana que daba a la calle, el colchón en el que dormía en el suelo. Uno de los objetivos de Tambarria es conseguir que este lugar sea declarado Lugar de Memoria. Muy cerca, desde una puerta lateral de la iglesia de San Miguel, “se estuvieron sacando armas para la rebelión, auspiciados por el párroco Don Lucio Fernández, integrado también en la Junta de Guerra y partícipe en la represión”.

La casa de los Alonso en Corella, denominada, La Casa de los Alemanes. Fermín Pérez Nievas

La denominada, Casa de los Alemanes (Palacio de los Alonso), donde estuvieron hospedados varios oficiales de la Legión Cóndor, es también otro de los puntos de la ruta. Allí se recordó la estancia de tropas marroquíes en Corella, que se alojaron en el corral conocido como El Corrompido. La última parada se hizo en el lugar donde vivió la familia Garijo Escribano, una de las que más sufrió la represión, tanto hombres como mujeres, hasta tener que abandonar Corella.

Ana Ollo

En la conferencia del viernes, la consejera Ana Ollo recordó el retroceso que viven en comunidades como Aragón, Castilla y León, La Rioja o Valencia donde se han eliminado las políticas de memoria, “la memoria no es una cuestión del pasado. Es un valor de futuro. Una sociedad no se puede basar en la desmemoria si queremos construir una sociedad de verdad”, señaló. En su intervención recordó que en Navarra murieron asesinados en retaguardia más de 3.500 personas, una cifra que cobra mayor relevancia cuando se compara con los 4.540 navarros que murieron en el frente, en uno u otro bando. Desde 2015 se han recuperado 155 cuerpos (en torno a mil aún siguen sin aparecer “y es probable que ya no lo hagan”, indicó) en 32 exhumaciones aunque las prospecciones han sido 111.

El parlamentario corellano Txomin González, la consejera Ana Ollo, y Jabier Sáinz en la charla del viernes. Fermín Pérez Nievas

Entre las acciones que han realizado los tres últimos gobiernos destaca la creación de un banco de ADN (378 expedientes abiertos de familias que han dejado su ADN, con los que se ha identificado a 41 personas. Ollo hizo hincapié en la relevancia de estas acciones para “recuperar la deuda que se tenía con ellos tras décadas de ser humillados y vilipendiados”. Otra de las acciones ha sido la retirada de simbología franquista (“elementos de exaltación de la violencia y de humillación de los vencidos”) de las que se han eliminado 435, entre 76 laureadas, 238 placas de viviendas y 105 honores y distinciones como título de hijo adoptivo a Franco. Igualmente se han creado 25 lugares de memoria y 300 espacios de memoria, además de poner en marcha encuentros intergeneracionales, rutas por la memoria y centros de documentación y memoria.

Ante preguntas del público, la consejera señaló que el monumento a Los Caídos de Pamplona es el “espacio más aberrante en Navarra sobre exaltación franquista” y añadió que en esta legislatura habrá que solucionar su futuro.