En pleno debate sobre la legislación de memoria histórica referida a la Guerra Civil y al franquismo, hay algo que en los medios de comunicación no sale y que, por lo tanto, la inmensa mayoría de la población ignora: el blasón del rey emérito, Juan Carlos I, conserva simbología de la dictadura. El escudo de España aprobado por Franco en 1938 se inspiraba en el utilizado por los Reyes Católicos e incluía entre sus ornamentos exteriores el águila de San Juan, el yugo y las flechas. Cuando designó a Juan Carlos de Borbón y Borbón como príncipe de España, le asignaron los elementos formales del régimen. Su blasón lo aprobó el decreto nº 814/71, de 22 de abril de 1971. El texto precisa que se incluyen la cruz de Borgoña, el yugo y las cinco flechas, “como símbolos del Movimiento Nacional” (esto es: los que aludían al tradicionalismo y a la Falange).

La Constitución de 1978 describe la bandera pero no reguló el escudo. Existían en esta materia pareceres distintos. Finalmente la Ley 33/1981, de 5 de octubre, aprobó el nuevo escudo de España, que sigue vigente. Éste hubiera sido un buen momento para que las armas del monarca prescindieran también de los símbolos alusivos a la dictadura. Sería lo adecuado en una monarquía constitucional. Pero no fue así. 

Hay que tener en cuenta, además, que el escudo de armas del rey Juan Carlos I estaría afectado por el artículo 15.1 de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre (comúnmente conocida como de la Memoria Histórica), que ordena “... la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”

La abdicación de Juan Carlos I tuvo lugar el 18 de junio de 2014. Pero el rey emérito sigue utilizando ese escudo en la actualidad. Pueden comprobarlo en la página web oficial de la Casa de Su Majestad el Rey: (La Familia Real / Su Majestad el Rey Don Juan Carlos /Armas de Su Majestad el Rey).

 Hay que añadir que el escudo del rey Felipe VI no contiene, por supuesto, ninguno de esos elementos.